Fool me once, shame on you; fool me twice, shame on meEs un refrán que viene a decir lo siguiente: si me engañas una vez, qué pena das; si me engañas dos, que pena doy. La primera vez ya sea por una excesiva confianza, por no haber sido más precavid@ o simplemente porque de ilusiones vive la gente. La segunda ya es para una autoflagelación con cucharilla de té y una buena dosis de realidad en vena. Que te la líen una vez, vale, pero dos ... ¡dos! ¿qué se te pasaba por la cabeza? No hay peor ciego que el que no quiere ver. Al susodicho o susodicha le aconsejo unas vacaciones en algún lugar tranquilo, donde puedan recapacitar de su estupidez y simpleza con la compañía de ellos mismos y sus pensamientos. Así con suerte pueden meditar y llegar a alguna conclusión decente en vez de estar regalando segundas oportunidades a personajillos de tres al cuarto. Dedicarse al origami o hacer algún haiku para ponérselo en una camiseta como método de entretenimiento cuando tengas ese irrefrenable impulso de hacer alguna imbecilidad digna de un sopapo con la mano bien abierta. Jugar a la petanca, al pin pon o al ajedrez con tu vecino o con el primer incauto que te encuentres por la calle. Darte de cabezazos contra la pared para que el dolor de cabeza no te deje pensar con claridad y cualquier tontería quede diluida por el chichón en la frente. Pero sobre todo y por nada del mundo TE CONECTES AL FACEBOOK!!!! El arma de doble filo del siglo XXI después de los JMJ.
Señoras y señores, los impulos MAAALOOOOS, el razonamiento y la lógica BUEEEEENOOOOOS ¿tengo que hacer un croquis?
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