Hace ya algún tiempo durante una de mis sesiones con uno de tantos psicólogos que me trató, el tipo decidió darme un ejercicio para poner en práctica. Nada más y nada menos que buscar alguna tribu urbana en la que pudiera sentirme identificada y así intentar integrarme en un grupo y aprender las conductas aceptadas por la sociedad. La verdad que la tarea no me llevó más de una semana y aunque no me identifiqué con ninguno de esos grupos alienados y sin ningún tipo de individualidad, hice algunos hallazgos interesantes. Pero empecemos por mi periplo en el escabroso mundo de las tribus urbanas o lo que yo llamo rebaños sin cerebro.
Los pijos
Llegué a ellos a través de una conocida tras contarle una burda mentira "Me dedico a la moda y estoy buscando gente para que pruebe productos de forma gratuita ¿me puedes presentar a alguien que le interese?" No hay como meter la palabra moda y gratis en una misma frase. Al parecer los pijos, aunque estén podridos de dinero, les encanta ser amigos de lo ajeno y suelen ser bastante miserables. El caso es que a la pobre ignorante con una sonrisa de oreja a oreja dio su aprobación y quedamos en una discoteca bastante popular entre dicha tribu. Nunca he sido amiga de abusar de las bebidas espirituosas o de ningún tipo de droga legal o ilegal, pero creo que en este caso hubo que hacer una excepción sino quería perpetrar una asesinato con más de uno y una. En mi vida había visto gente tan insulsa, inculta, ramplones, ... y así podría seguir. Las mujeres sólo buscaban liarse con el que más dinero tuviera y los hombres con la que "más buena" estuviera, según su jerga. Las conversaciones básicamente se basaban en: me voy de vacaciones a la Toscana, mira que bolso de Dior más divino, mi papi me ha traído esto de París; y un sin fin de sandeces.
Dentro de sus sistema y jerarquía se pueden clasificar según la cantidad de dinero que tengan y/o donde vivan. El atuendo por norma general suele ir indicado por lo que "se lleve" ese año, de esa manera todas van clónicas.
La conclusión es simple: hundirán los negocios de sus padres. Hasta un mono con corbata lo haría mejor.
Los canis-pokeros-bakalas
A estos directamente ni les tocaba con un palo. Los he visto un par de veces en la calle, en manadas haciendo los mismo ruidos que los macacos en época de celo. El planteamiento de pasarme aunque tan sólo sea cinco minutos al lado de semejantes especímenes me revolvía las tripas. Totalmente descartados y ojalá algún día exterminados... bueno, pensándolo bien, no habría dependientas en el Greska o el Estrafalarius ni tampoco mecánicos que me cambiaran las ruedas. Aunque deberían mantenerlos encerrados por la noche y vigilar su tasa de natalidad.
Góticos
Tengo cierta predilección por el color negro y suelo vestir con colores oscuros. Así que por una cuestión de coincidencia cromática me decidí a ahondar en este conjunto de gente caracterizada por maquillarse de color extrablanco, depresivos y predilección por lo "oscuro".
Cierto compañero de trabajo de la sección de informática que siempre hablaba sobre la libertad y mentalidad abierta de este gremio. Me llevó a una discoteca gótica para ver con mis propios ojos las bondades de este agrupamiento.
Nunca 6 horas dieron para acumular tantos clichés y tópicos respecto a esta subcultura. Resumiendo y a grosso modo: no podía distinguir entre quién era hombre y cual mujer ya que iban vestidos con los mismo corsets y maquillados tanto o más que una drag queen, seguramente por eso se besaban todos con todos en una especie orgía sin diferenciar entre hombre o mujer. Más de una la tendrían que detener por exhibicionismo, me pregunto si sus progenitores saben que salen a la calle en sujetador y bragas, he visto putas mucho más recatadas. La música es sólo "pum pum pum". Yo creyendo que si leían a Poe habría algún imbécil tocando el órgano mientras todos los asistentes hablaban de cómo se iban a suicidar el próximo fin de semana. Nada más lejos de la realidad, esta gente lo único que busca es una ETS a gritos. Curiosamente dentro de los góticos hay una especie de clasificación según la vestimenta aunque en esencia todos son iguales.
Al igual que los pijos sólo son fachada y superficialidad. Un cúmulo de estereotipos aburridos y totalmente absurdos.
Los metaleros y/o "jevis"
Estos me llevó más tiempo. A diferencia de los góticos y los pijos, la clasificación de estos es mucho más extensa: es directamente proporcional a la cantidad de estilos musicales dentro del metal. Buscando información al respecto para intentar sacar una aproximación del tiempo que iba a perder con "más de lo mismo". Me encontré con un sin fin de géneros: black metal, trash metal, death metal, pagan metal, ... Ante tal dilema, decidí arriesgarme y visitar algún lugar de reunión común para estos personajes y observar desde fuera su comportamiento.
Me planté sobre las 23.00 en lugar que buscando por internet se ofrecía como centro neurálgico de metaleros y "jevorros" Al llegar, pensé que me iba a encontrar con hordas de gente con distintos atuendos y clichés. Curiosamente lo que encontré fue una total ausencia del buen gusto en el vestir que algunos rozaban la indigencia. Al igual que con los góticos el color predominante era el negro, pero a diferencia de los anteriores, las camisetas con logos de grupos y/o sus nombres eran los que más abundaban. Algunas legibles otras eran una especie de manchurrón ininteligible. A pesar de ello, todos se juntaban con todos unidos por las ganas de emborracharse con lo que llamaban calimocho: una manera de beber vino (si es que a eso se le puede llamar vino) disfrazado por el sabor de la coca cola. Además, los rangos de edad iban desde los 16 hasta quizás los 40 o más. Todos vestidos acordes a las modas vividas: los más mayores iban los más costrosos; los más jóvenes con vaqueros, botas de montaña y camiseta de algún grupo; alguno que otro con botas militares y cinturón de balas y unos pocos con una especie de permanente hortera y colores chillones con estampados de animales. Miedo me daba cuando alguno iba tan sumamente ajustado que podía ver demasiado de su anatomía.
Resultaron ser más decepcionantes que todos los anteriores: sectarios a más no poder, anclados en una cantidad de tópicos que los hacen ser una especie de caricatura de épocas pasadas y una gran cantidad de aspirantes a músicos que sólo copian lo que ya hay en el mercado.
Me quedaron muchas más tribus por investigar: raperos, modernos, gafapastas, .... Aunque sabía de sobre que me iba a encontrar con lo mismo: gente con tan poca imaginación que prefieren estar definidos por los tópicos de un grupo para sentirse aceptados y no acabar siendo un paria social.
Todos ellos intentando ser originales, tachándose los unos a los otros de rebaño, criticándose por cualquier aspecto de sus roles bien definidos y establecidos pero ninguno se mira al espejo para ver que son el mismo perro con distinto collar.
Las tribus urbanas me aburren, yo no se si pertenezco a alguna o no, pero está claro que prefiero la opción de paria social que entablar conversación con débiles mentales de cualquier clan.
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