Consultorio ZENtimental

Ante la avalancha de consultas privadas que he recibido de gente harta de sus vaivenes emocionales y sobre todo de consejos absurdos e inútiles que sólo les sumen en un circulo vicioso, me he decidido a responder desde aquí una pregunta recurrente en diferentes correos electrónicos: ¿por qué no soy suficiente? o ¿qué he hecho mal?

Me parece bien que cada uno haga un examen de conciencia y de sí mismo para enmendar errores y mejorar, pero cuando es sólo para disfrazar la culpa porque no se entiende la decisión de alguien, es un camino que sólo finaliza en la autodestrucción. A pesar de que repita una y otra vez que el camino de la asexualidad y minimizar las relaciones humanas al mínimo es el camino del equilibrio y la paz (excepto cuando el vecino de arriba le da por hacer bricolaje a las 8 de la mañana en domingo) tendré que hacer de tripas corazón y analizar este hecho recurrente en las almas en penas que ansían ser correspondidas, complacidas y aceptadas por sus semejantes.

Todo, absolutamente todo empieza desde el interior hacia el exterior. La reafirmación de uno mismo, la seguridad y la fortaleza nacen del egoísmo: piensa siempre en ti primero. "La caridad empieza con uno mismo". Cuando alguien es capaz de pensar en su bienestar, será capaz de hacerlo por los demás sin necesidad de pedir nada a cambio, porque ese ser humano ya tiene cubierta esa necesidad. La necesidad de aceptación es una debilidad y el motivo de que muchos psicólogos y charlatanes ganen dinero a costa de toda esta gente carente de autoestima.

Por ello a la pregunta de por qué no soy suficiente o qué hice mal caben dos respuestas posibles:

a) Suficiente ¿en qué? ¿alto? ¿guapo? ¿listo? Si alguien lo tiene todo por favor que me deje su dirección en los comentarios porque quiero conocerlo/la.

b) Pues seguramente hiciste mal muchas cosas ya sea por desconocimiento o por despiste, hasta yo misma me he dejado las llaves dentro de casa por las prisas. Eso significa que soy un ser humano que se equivoca, al igual que el resto.

Si somos flexibles con los demás, bueno, si sois flexibles con los demás también sedlo con vosotros mismos al fin y al cabo conviviréis con vuestra persona y cuerpo el resto de vuestra vida.

Yo tengo la suerte de quererme tanto que no necesite a ningún desdichado que me diga lo maravillosa que soy, ya lo se, no necesito de la aceptación de ningún mediocre. ¿Os suena demasiado narcisista? Es posible, pero no soy yo la que escribe a una desconocida para que me de su opinión.