A falta de cosas interesantes en mi vida o que carezcan de algún tipo de importancia para compartirlas, sigo en la línea del consultorio que parece que os gusta.
La entrada de hoy va dedicada a una enfermedad que hoy en nuestros días es bastante común y que dependiendo de la persona afecta de una u otra manera: la depresión. Contrariamente a lo que la gente piensa, no se está triste ni todo el día llorando, para nada, el síntoma principal es la desgana y la apatía. En mi vida jamás he pasado por ese estado, carezco de experiencia al respecto pero si la he vivido de cerca, en la mayoría de las veces de una manera impuesta (maldita la hora en que me relacionaba con otros seres bípedos) Como ya me es costumbre os transcribo el mail que he recibido ... y sí, es una chica otra vez.
Nunca he sido una persona muy positiva, me cuesta bastante ver el lado bueno de las cosas, es decir, para mi el vaso siempre está medio vacío. A pesar de eso, aquí sigo, buscándome la vida como puedo. Cada día intento ser consciente de lo bueno que tengo a mi alrededor: amigos con los que salir, salud, una familia, una casa donde cobijarme y un futuro. Intento mantener un equilibrio. Se que no voy a ser la alegría y el optimismo personificado, se mis limitaciones, pero últimamente cada día se hace todo más cuesta arriba.
A pesar de tener una carrera y doctorado no encuentro un trabajo decente y ahora con la crisis mucho menos. Estar pagando recibos e hipotecas a base de trabajillos de tres al cuarto o pidiendo dinero prestado me hace sentir como un parásito. Obviamente sigo viviendo con mis padres porque me es imposible independizarme y rozando la treintena me da ya hasta vergüenza. La mayoría de antiguos compañeros de clase se han casado, se van a casar o se han ido a vivir con sus respectivas parejas, algunos incluso ya tienen hijos. No es que yo quiera pareja, estoy soltera y bien en ese sentido, pero parece como si el resto avanzara y yo estuviera estancada o hubiera retrocedido hasta los 18 otra vez.
Nada me motiva, todo lo que empiezo no lo termino, no tengo ilusión por nada sólo me apetece salir por ahí emborracharme como si fuera un adolescente malcriado e ir a conciertos de música, los cuales la mitad no puedo pagarme porque no tengo dinero.
No hablemos ya del tema amoroso. Tengo un radar para raros, traumados con síndrome de carencia afectiva que me despiertan el instinto de superhéroe salvadora, que cuando por fin salen de la mierda y me he comido toda su porquería yo paso a segundo plano. En este punto me replanteo mi amor propio y mi dignidad. No es sano, lo se, porque la mayoría de las veces acabo reviviendo mis antiguos demonios y odiándome, asqueándome y volviendo a dejar de comer.
Hago resumen de mi vida y no veo ningún logro digno de mencionar. La vida se me va y yo sigo aquí cada día, viéndola pasar. Las fuerzas ya no son las de antes, la ilusión ya no es la de antes, las ganas ni si quiera están ya.
No he hablado de esto con nadie porque detesto que se compadezcan o que me cuenten que ellos también están mal o peor aún que exagero. Ha sido tanto tiempo escondiendo sentimientos y haciéndome la dura que cuando realmente estoy mal y siento que no puedo más, la gente no me toma en serio. La típica pesadilla donde quieres gritar pidiendo ayuda y nadie te oye o ni siquiera te sale la voz.
Reconozco que se me ha pasado por la cabeza acabar con todo esto de un plumazo y que incluso lo he planeado con los medios de los que dispongo. No se qué hacer, me he bloqueado.
No me canso de repetirlo, las relaciones humanas están totalmente sobrevaloradas pero no puedo pretender que seas como yo, como leí una vez "soy edición limitada" La verdad que si conociera a algún bueno psicólogo te lo recomendaría pero en el mundo real por desgracia no abundan, por no decir que no existen, como Papá Noel, lo mismo son los padres, a saber.
La vida en sí, no tiene ninguna realidad, no es así o asá, es la vida. Cada cual la vive según su pasado y su presente y así le irá en el futuro. Seguro que puedes hacer alguna otra cosa, seguro que puedes irte fuera a buscarte la vida pero también estoy segura que el miedo en parte te paraliza. Ponte frente al espejo y se honesta contigo misma, empieza a desechar todo lo innecesario, especialmente ese instinto maternal absurdo. Y recuerda que "lo que no te mata te hace más fuerte" Te falta arranque y arriesgarte. Para morir tendrás tiempo.
Y ahora señores, disfrutaré de una peli de Lars Von Trier. No es por dármelas de moderna y entendida pero tengo curiosidad en saber porque este mindundi tiene tanto ego.
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