Personitas insoportables

O también se podría decir niños en estado semisalvaje. Vivimos en una época donde la gente tiene hijos a edades bastante avanzadas o "cuando se puede", que intentar integrar vida laboral y familiar es una odisea y ya no hablemos de las ayudas o las políticas sociales irrisorias de este país. Mi idea es no tener descendencia alguna y menos aún aguantar a un homo sapiens que casi más se parece a un neanderthalensis.
La pregunta que se me plantea ha sido promovida por las tan ansiadas piscinas veraniegas donde se juntan hordas de niños insoportables con padres poco duchos en el arte de la EDUCACIÓN Y EL RESPETO. Esas asignaturas pendientes, por lo menos en estos lares.
Resulta que llega una edad en la mujer que se le activa ese reloj biológico y tiene unas ganas irrefrenables de castigar a la humanidad con otro miniser inaguantable. De esos que gritan y chillan en mitad del vagón del metro, que les entra una rabieta en mitad del Mercadona o de los que te pegan en cuanto su inútil madre se da la vuelta. Gracias a dios no todos son así y la mayoría de esos criajos ni se me acercan. Ya la tuve una vez con una madre que más parecía la abuela del niño en cuestión "Pedriiitooo, no hagas eso"; dicho en un tono totalmente carente de autoridad y disciplina. Esas madres que con cuarenta y pico se ponen a educar a un niño de 5 años hasta arriba de azúcar y completamente enajenado. Esas madres que están deseosas de soltar al nene en algún lado para que las dejen tranquilas. Esas madres carentes de toda autoridad porque con su edad son incapaces de tener un poco de energía. Esas madres más preocupadas por llenarse la cara de botox. En resumen, gente que no deberían ser padres y que lo son por puro condicionamiento social. Aquellos que tendrán que llamar a supernanny para que les arregle el "fregao" de su inutilidad como progenitores. Seamos claros, si un niño con 6 años te vacila y te pega con 16 te rompe la cara en 7 partes.

Por eso hoy hago un llamamiento a todas esas mujeres que de repente sienten esa llamada de la naturaleza: ¡REPRIMIDLA! Un hijo solo trae preocupaciones, un desembolso de dinero que nunca termina, no hay vacaciones, no hay tranquilidad, no hay tiempo para uno mismo, no hay tiempo para la pareja, no hay ganas ni deseos. Se convierten en unos parásitos hasta los 30 años hasta que vuelva empezar el ciclo horroroso del emparejamiento.

La vida es demasiado corta para perder el tiempo con semejante atrocidad, los hijos.