Uno de los grandes males del siglo XXI es el estrés que genera gran cantidad de dolencias una de ellas la ansiedad. Para aquellas personas que tienden a "guardarse" todo dentro resulta algo así como un aumento de la entropía, el caos y la incertidumbre. Siempre he dicho que las cosas vistas desde fuera son sencillas, más aún si eres el narrador de la historia actuando como una especie de dios que todo lo ve. A todos les gustaría actuar como tal y poder entender el porqué de esto o aquello.
Desgraciadamente, la gran mayoría de los seres humanos, son todos unos quejicas y lloricas que no hacen más que lamentarse de sus desgracias y menos que más, se desahogan con el primer incauto que tiene ganas de escucharles. Otras personas tienden a no decir nada y disimular que todo va igual o incluso no son capaces de expresarlo porque simplemente no les sale así.
En cualquiera de los casos la ansiedad se siente igual: esa presión en el pecho, la mala leche a flor de piel, el sobreestrés que ello genera y muchas veces la impotencia de no saber qué hacer para quitársela de encima. Todo tiene solución y en este caso una muy fácil: puenting. Un subidón de adrenalina tan brutal que te quedes afónico/a y con cara de velocidad. Como todo lo que sube tiene que bajar ... te quedas relajado como si te hubieran dado un chute de tranquilizantes. No es muy duradero en el tiempo pero al menos te libras de las tensiones durante unos días.
En el caso de tener vértigo ... que alguien te empuje y sólo habrá dos posibilidades: que se te quite el miedo a las alturas o que te quedes en el sitio del jamacuco al corazón que te ha dado.
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