Así, a grosso modo, un amigo es aquel que te acepta tal y como eres, que será un apoyo tanto en las buenas como en las malas decisiones, una persona confiable con la que puedas tener una comunicación abierta y sincera, alguien que te respeta, se alegra de tus triunfos y te coge de la mano cuando fallas. La amistad es algo que se cuida y se mantiene de forma bilateral y si alguno comete un error no hay más que recordar los momentos en que no os han fallado. Todos somos seres humanos, bueno, la gran mayoría y nos equivocamos de vez en cuando ... aunque unos más que otros que hay mucho pazguato.
Todo ello se resume en algo sencillo: los hechos. Alguien te puede decir que te aprecia, te quiere o lo mucho que se preocupa por ti, pero las palabras se las lleva el viento. Los hechos hablan por sí solos: no es lo mismo que un amigo/a te diga lo maravilloso/a que un amigo/a que quiere quedar contigo para disfrutar de tu compañía porque te considera una persona maravillosa.
Los amigos tienen tiempo para ti pero hay que comprender que tengan épocas de más trabajo o ajetreo. No significa que se hayan olvidado de ti, es más, seguramente se acuerden de tu persona más de lo que tu te piensas, como aquella vez que ibas borracho e hiciste un calvo a la benemerita.
Hay veces que se van y otras que vuelven, los importantes siempre están ahí aunque se hayan ido a Seúl a trabajar o estén en Dinamarca labrándose un futuro.
La moraleja de la historia es que una amistad es beneficiosa para ti cuando no te genera ningún tipo de ansiedad, obligación o inseguridad.
Si aún así sigues sin entender lo que es un buen amigo te compras uno o te lo fabricas porque hay que ser zoquete para no entenderlo.
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