Hay gente tan hipersensible que se esconde, que se tapa en una máscara porque exponerse es tan doloroso que les falta el aire y les duele el respirar.
sábado, 4 de octubre de 2014
Tras la puerta
No me voy a entretener mucho en esto, porque realmente todos sabemos lo que pasa tras las puertas de nuestra habitación. Cuando nadie mira ni ve, cuando estamos solos con nuestros pensamientos y no hay posibilidad de que te juzguen. Ese momento tan vulnerable y tan expuesto que serías capaz de gritar tu verdad a los cuatro vientos. Cuando alguien te mira realmente, cuando alguien ve tu alma, tu interior y de repente cambia de opinión y lo que resultaba hermoso ahora es un monstruo ¿Quién es capaz de entender esa vulnerabilidad?¿Quién es capaz de de sentir ese miedo y terror de abrirse a alguien y que te vea tal y como eres? Y que luego salga corriendo y te sientas algo miserable.
Hay gente tan hipersensible que se esconde, que se tapa en una máscara porque exponerse es tan doloroso que les falta el aire y les duele el respirar.
Hay gente tan hipersensible que se esconde, que se tapa en una máscara porque exponerse es tan doloroso que les falta el aire y les duele el respirar.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarTu cuarto, ese querido y especial santuario. En este mundo sin libertad, en el que los gobiernos se ocupan de no dejarte pensar, y cuando no son los gobiernos, es la propia sociedad la que te calla con un bozal, bien viene ese lugar en el que dejar fluir el río de ideas que que hay en tu cabeza y que no puedes dejar salir.
ResponderEliminarDespués de recibir 2 supensos en el Insituto, después de una discusión con la novia y una bronca con la madre, llegar a ese lugar, tu cuarto, ponerte un poco de música, tumbarte en la cama, y sacar toda la mierda que está encerrada en tu interior. Es todo un alivio, casi orgásmico.
¿Qué sería de nosotros si no pudiésemos librarnos de esas cargas y esos pensamientos que acumulamos en el interior? Acabamos con el alma encharcada con toda la porquería, y perdemos la cabeza. Y todo por el miedo, el terror, el pánico que tenemos a que descubran quién se esconde tras la cortina de nuestra superficie.
Muchos son los amigos que tengo, algunos familiares por todo el mundo, alguna que otra persona que realmente me importa, pero me atrevería a decir que casi nadie, o incluso nadie, me conoce de verdad. Al abrir las puertas de mi cuarto nazco, y vivo, y lo ocurre en la mente de este pobre perturbado no se conoce; es un secreto.
-Escrito por Alguien
Buen Blog, por cierto ;)
ResponderEliminarPD: El comentario que borré tenía una pequeña falta ortográfica.
Me alegro de que le guste. Saludos
Eliminar